En un mundo cada vez más violento, más brusco y lleno de inclemencias, donde pareciera que la paciencia, el perdón y la tranquilidad es algo poco común, es difícil hablar de ser pacífico, agradable o apacible.
Jesús dice que son felices los apacibles, los mansos, los que no buscan la violencia, y no solamente eso, sino que además ellos serán los herederos de la tierra, de la creación de Dios.
Suena raro decir que aquellos que no quieren someter a otros, que no usan la fuerza política, militar o económica llegarán a ser quienes hereden la tierra. Pero no debemos olvidar dos aspectos: Primero, Dios es el dueño de todo y de Él es la tierra. Y segundo, existe una promesa de restitución de todas las cosas y de eternidad.
Jesús dijo que un día, todo el mal que conocemos terminará, y que solo Dios decidirá qué día será todo eso; y quienes hayan creído en Él serán los herederos.
Los que buscan la paz, el amor al prójimo y el conocimiento de Dios, son hijos de Dios, y por tanto herederos. Un texto bíblico nos explica mejor: Todos los que han creído en Jesús, los que aceptaron, y día a día intentan vivir, en sus enseñanzas… son llamados Hijos de Dios.