El evangelio de Juan comienza con una declaración muy fuerte. Dependiendo de la versión de la Biblia que tengamos, leemos que: “En el principio el Verbo” o “La Palabra estaba con Dios y era Dios”.
Esta forma de llamar a Jesús, Verbo o Palabra, tiene un por qué. De hecho, en el relato de Génesis, vemos que todo fue creado por la Palabra de Dios, y Juan nos explica que en ese momento Jesús ya existía. Significa que todo fue creado por medio de Él, que en Jesús existía la vida, porque él es la vida.
Quizás el capítulo 1 de Juan es algo complejo para entenderlo en una primera lectura, porque tendríamos que profundizar muchos conceptos. Pero el mensaje central, y lo que queremos resaltar en esta serie, está en el versículo 12: “a los que creyeron en Jesús les dio el derecho de ser llamados hijos de Dios”.
Estos hijos no son nacidos por medio de las formas humanas que conocemos: no fueron engendrados, no atravesaron un embarazo ni un parto para ser llamados “hijos de Dios”; sino que en su espíritu fueron conectados nuevamente con Dios. Es decir: vivieron un nuevo nacimiento espiritual.
Al creer en Jesús, quien vino a la tierra a reconciliarnos con Dios, podemos conectarnos con nuestro Padre espiritual, y Él nos adopta como hijos.
El versículo 18 nos dice que nadie ha visto cara a cara a Dios, pero que Jesús hizo que podamos conocerlo. No sólo porque Él lo manifestó de forma humana, sino porque a través de su obra salvadora en la cruz, podemos acercarnos a Dios.
Entonces, ¿quién es Jesús? Jesús es Dios: siempre lo fue y lo seguirá siendo. Y ese Dios un día se hizo carne y hueso, y habitó entre nosotros, y pudimos ver su gloria y amor.
Jesús es Dios hecho hombre, por vos y por mí.
Basado en el Capítulo 1 del evangelio de Juan.
Seguí leyendo más artículos de la serie «El evangelio de Juan» para conocer más sobre Jesús.